Por suerte, cuando empezó el cocktail dejó de llover, lo cual permitió que los invitados pudieran salir al porche del Palomar y que los novios se hicieran su reportaje fotográfico en los jardines de la Posada, ¡menos mal! El protocolo lo hicieron los novios y lo colocamos en el columpio antiguo. El Pabellón estaba precioso con la mantelería marrón chocolate de tela de saco combinada con una estampada. Los centros de forja envejecidos eran el complemento perfecto. El tiempo no consiguió alterar al cocinero del Grupo La Toja, que sirvió una comida riquísima. Os dejo con una foto de DiscoShow Espectáculos de la entrada de los novios al Pabellón. ¡Viva la fiesta! ]]>